13 Ene ¿Qué depara el 2023 a los espacios coworking?
Año nuevo es sinónimo de cambios. Si bien, para el coworking, algunos de estos cambios eran previsibles, otros se dibujan, de momento, como posibilidades o predicciones. El 2022 se caracterizó por un cambio de paradigma cuya semilla se germinó en la pandemia y la crisis que supuso para las empresas y los autónomos. A pesar de que este año haya dado al sector una sensación de estabilidad, el 2023 puede traer consigo nuevos retos que pasamos a contaros a continuación.
El coworking va en aumento
Diversos estudios ya afirman que este movimiento de trabajo cooperativo incrementará este año. Chartered Insurance Institute es una de las entidades que se encarga de estos estudios. La empresa predice que la industria del espacio de coworking aumentará en 13.350 millones de dólares entre 2021 y 2025. Un informe de Savills Aguirre Newman secunda estas predicciones y asegura que de 2023 a 2030 los coworkings supondrán un 30% de la oferta de oficinas a nivel nacional.
Así, el coworking sigue la tendencia de crecimiento que empezó en 2020 con la necesidad de trabajar fuera de casa, pero, aunque esta razón perdura, con nuevas motivaciones.
Las empresas se establecen en los espacios
Si bien esta es una tendencia que empezaba a denotar a mediados del año pasado, parece que la importante rebaja de gastos que supone mudarse a un coworking es un motivo de peso para que muchos negocios tomen la decisión.
De igual modo, empresas afincadas en otras ciudades siguen destinando con mucha frecuencia a sus trabajadores en remoto a este tipo de lugares para fomentar la productividad, la socialización y la calidad de vida de sus empleados. La proliferación de las empresas en los coworkings es ya un hecho y todo apunta a que aumentarán su presencia en los mismos en los próximos meses.
Asimismo, otro aspecto que fomenta la llegada de trabajadores de este tipo de empresas es el establecimiento de la jornada híbrida como una solución a la incorporación de los teletrabajadores.
Fijo sobre flexible
En relación con la anterior tendencia, y por consecuencia de la llegada de las empresas a los espacios de coworking, la demanda de los puestos fijos y despachos privados es exponencial y vertiginosa, lo que propicia que los coworkings vayan a invertir en más salas y espacios para puestos fijos. Los puestos flexibles en cambio están siendo demandados para coworkers más esporádicos, como nómadas digitales, o para trabajadores con rutinas menos tradicionales como aquellos que apuestan por el hot desking o la jornada híbrida.
Los despachos o salas cerradas suponen una transición suave para los negocios que se están trasladando a los coworkings ya que se acerca más a la idea tradicional de una oficina de lo que podría hacerlo unos puestos fijos.